lunes, 11 de junio de 2018

LA EXCELENCIA SE QUEDA HUÉRFANA...

Ya han leído el título, triste, pero... cierto. En este país la excelencia en edades precoces solo se sustenta gracias al buen hacer de héroes desinteresados, que guían a sus jóvenes aprendices sin esperar nada a cambio por este importantísimo trabajo. En la otra cara de la moneda, las instituciones... cada vez más alejadas de la excelencia, despreocupadas y sin mirar al futuro.


Es cierto, a mí no me gusta acuñar la palabra excelencia, quizás todavía sea muy joven e iluso, pero creo que todo se puede conseguir si disfrutas con lo que haces y lo acompañas con buenas dosis de esfuerzo, el talento no es más que algo secundario. No obstante, esta vez haré una excepción, la situación así lo requiere, las altas cúspides han sobrepasado una línea roja con la que llevan jugando demasiado tiempo.

Premios Nacionales de Educación al rendimiento académico del alumnado, ¿los conocen?, pues en ellos se premian a los 15 alumnos que más han sobresalido en Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional, estos premios se otorgan según criterios del Ministerio de Educación, así que podríamos decir sin vacilar que el organismo público de mayor importancia a nivel educativo del país está considerando a estos 45 jóvenes como serios candidatos a ser la vanguardia intelectual de las próximas generaciones. O, al menos, eso es lo que yo opino desde mi modesto punto de vista, es evidente que la educación conlleva un gran gasto y cabría esperar que a largo plazo repercutiera en una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Qué mejor que elegir a un pequeño grupo que ha demostrado un esfuerzo constante y continuado durante dos, tres o incluso cuatro años para liderarlo. Qué mejor que crear alicientes entre nuestros alumnos y reconocer su esfuerzo. Sería interesante, ¿no? Quiero pensar que estos Premios se crearon con esa intención.


El mes pasado, estuve hablando con un colega que había sido seleccionado para la última fase de este concurso en la modalidad de Bachillerato. Me interesé por como le había ido, suponiendo que habría hecho la prueba unos cuantos meses atrás. ¡Incrédulo de mí! Mi sorpresa resultó ser mayúscula cuando me contó que todavía no les habían convocado, insinuándome que este año no habrá premios.

¡Ojalá ese fuese el único problema! Creo que yo mismo soy una persona bastante indicada para hablar de este tema. Hace dos años y medio se me concedió el Premio Nacional de Educación Secundaria Obligatoria (2011-2015)... Fue una experiencia interesante, salpicada con trazas de felicidad y acompañada de una modesta beca económica de 1000€. Tras los correspondientes reconocimientos y "paseos" por mi comunidad autónoma... "una palmadita en la espalda y apañatelas como puedas". Este es un hecho que, precisamente en uno de estos muchos eventos a los que asistí por la geografía castellano leonesa durante mi "año de gira", Sara Esteban, premio Nacional en la modalidad de Formación Profesional, definió perfectamente en una entrevista para el Norte de Castilla: "En el último trabajo que he estado cobraba ochocientos euros al mes. ¿Qué quieres que te diga? Si la gente nos toma como ejemplo... Si mis primos pequeños me toman como ejemplo, ¿qué ven? ¿Que por estudiar y ser la mejor estás en el paro y como mucho a lo que puedes aspirar es a cobrar ochocientos euros?" (palabras expuestas casi un año después de recibir el Premio Nacional).

Sara Esteban, Jesús Dueñas y Alejandro Fernández (diciembre 2016)

Definitivamente soy demasiado optimista e iluso, creo llegados a este punto de este pequeño artículo ya nadie lo pone en duda... Aunque, también creo que empiezo a comprender cuales son las causas de la comúnmente denominada "fuga de cerebros", comienzas a reflexionar, a hacerte preguntas que ni se te habían pasado por la cabeza. ¿Qué sentido tiene esforzarse?, ¿de verdad merece la pena estudiar durante tantas horas?, ¿hacer eso supondrá un beneficio en mi futuro profesional? Quiero pensar, que tengo claras mis respuestas, pero cada día dudo más y más, este país no ayuda a calmar mis angustias. Más allá, las noticias que salen día a día no ayudan a levantar el ánimo, sino... todo lo contrario, pues, hace unas semanas se me caía el alma al suelo al ver que las Olimpiadas científicas no serán apoyadas por el Ministerio y que la participación de nuestro país en las Olimpiadas Internacionales corre peligro... Me ha tocado costearme viajes para innumerables Olimpiadas, regionales, nacionales... ni siquiera ganarlas te garantizaba un regreso de tu inversión, incluso fui medallista a nivel nacional en una de estas Olimpiadas científicas que acabo de mencionar (garantizo que el esfuerzo necesario para ganarla es sobrehumano), y no voy a negarlo, la ayuda y el reconocimiento por parte del Ministerio fue inexistente, escocía sufrir en tus propias carnes la dejadez de las instituciones, no obstante, esto ya roza la ridiculez, presumimos de ganar la Champions con el Real Madrid pero ni siquiera vamos a pagarle unos costes mínimos (de los principales se encarga el país organizador) a unos 30 chavales y 6 profesores (aproximadamente), 30 chavales que representan el futuro de nuestra sociedad, no se olviden de ello, y, con completa seguridad, utilizaran estas experiencias en su futura carrera investigadora. Lo que en otros países resulta ser cuestión de Estado, aquí parece ser la tarea de la que nadie quiere encargarse.

Representación española Olimpiada Física 2017

¿Cómo son posibles tantas contradicciones?, agonizamos por no pertenecer al G-8, por no ser una potencia mundial, mientras, al mismo tiempo, invitamos sutilmente a nuestros mejores estudiante a buscar un nuevo hogar, a nuestra garantía de futuro. Este problema está presente y es real, la fuga de cerebros es un hecho, contamos con un sistema educativo que corta las alas a la creatividad y nuestros alumnos se encuentran completamente abrumados, incapaces de encontrar una motivación.

Nos encontramos frente a una enfermedad crónica que no se cura de la noche a la mañana, el sistema educativo, el reconocimiento al esfuerzo e incluso, si me apuras, ciertos prejuicios y cánones de la sociedad. Es cierto, el diagnóstico luce catastrófico. No obstante, cuanto antes atajemos el problema, antes revertiremos la situación, y eso, repercutirá en un gran beneficio para la sociedad.


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